El Sistema EAS tiene un funcionamiento simple. Un transmisor, en este caso las etiquetas, emite una señal hacia el receptor (antenas antihurto o pedestal) en ciertas frecuencias. Llamamos zona de vigilancia al área en donde se activa la alarma cuando estas frecuencias crean una distorsión (etiquetas no removidas) y provocan así un sonido de alarma. La señal de distorsión, creada por el tag y detectada por el receptor, es distintiva y no puede ser creada en otro tipo de circunstancias. El tag es un elemento clave, por ello debe crear una única señal para evitar falsas alarmas.
Tags o etiquetas pueden alterar la señal usando un simple cruce de semi conductores, un circuito sintonizado compuesto por un inductor y un condensador, bandas blandas, magnéticas o cables, o una caja de resonancia.
Este sistema de protección tiene un amplio alcance. Pueden cubrir desde un pasillo estrecho hasta una tienda entera. Este tipo de tecnología permite flexibilidad a la hora de configurar los parámetros de protección (bloqueando o desafinando la señal), la visibilidad y el tamaño del tag, la tasa de falsas alarmas, el porcentaje de detección y el costo.
De acuerdo a qué tipo de etiqueta EAS se elija se determina qué rango de frecuencia debe ser utilizado para crear la zona de vigilancia. Pueden llegar a una muy baja frecuencia o a la frecuencia de radio, según el caso. Estas diferentes frecuencias desempeñan un papel fundamental en establecer las características que afectan la operación.
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